5 poemas de ‘Álbum de familia’ de José Watanabe

CHAGALL

para álvaro mendoza diez

Si me atrevo y abro la ventana
puede suceder:
el cielo gris con su golondrina completamente natural
o dos amantes sobre el mismo cielo anunciando el verano.

Soy un hombre cauto,
estoy acostumbrado a los días
y temo los milagros no previstos en el programa.
Chagall ha detenido su largo vuelo sobre mis libros,
viene de sobrevolar los campos y las aldeas,
ha estremecido
los árboles,
ha derribado
los frutos
la manzana
que descalabró los ojos miopes de Sir Isaac Newton.

Le digo que no crea
que yo también entreveo la posibilidad de volar,
de caminar por el cielorraso
de invitar a las muchachas
a mirar la ciudad desde arriba.
Chagall sonríe y sabe
que un hombre cauto
no puede huir de la cordura.
Si me atrevo y abro la ventana sé lo que puede suceder:
un hombre que se va sobre el aire
inventando
con un violín rojo
una serenata.

ACERCA DE LA LIBERTAD

Esta mañana han comprado un pájaro
como se compra una fruta
un ramo de flores.
Dices que Hokusai compraba pájaros para liberarlos.
También Leonardo
pero midiéndoles el impulso y el rumbo.
Posiblemente en la infancia he pintado pájaros
pero jamás les he hallado relación exacta con los aviones.
Estoy tentado a liberar este pájaro
a devolverle
su derecho a morir sobre el viento.
Me van a pedir sus razones.
Sentiré la obligación de hablar acerca de la libertad
pero mi familia es muy lógica
dirá que afuera solo
con el viento
a ver qué hago.

POEMA TRÁGICO CON DUDOSOS LOGROS CÓMICOS

Mi familia no tiene médico
ni sacerdote ni visitas
y todos se tienden en la playa
saludables bajo el sol de verano.

Algunas yerbas nos curan los males del estómago
y la religión sólo entra con las campanas alborotando los canarios.

Aquí todos se han muerto con una modestia conmovedora,
mi padre, por ejemplo, el lamentable Prometeo
silenciosamente picado por el cáncer más bravo que las águilas.

Ahora nosotros
ninguno doctor o notable
en el corazón de las modestas tribus,
la tribu de los relojeros
la más triste de los empleados públicos
la de los taxistas
la de los dueños de fonda
de vez en cuando nos ponemos trágicos y nos preguntamos por la
[muerte.
Pero hoy estamos aquí saludables escuchando el murmullo
de la mar que es el morir.
Y este murmullo nos reconcilia con el otro murmullo del río
por cuya ribera anduvimos matando sapos sin misericordia,
reventándolos con un palo sobre las piedras del río tan metafórico
que da risa.
Y nadie había en la ribera contemplando nuestras vidas hace años
sino solamente nosotros
los que ahora descansamos colorados bajo este verano
como esperando el vuelo del garrote
sobre nuestra barriga
sobre nuestra cabeza
nada notable
nada notable.

watanabe-familia
Portada del poemario.

SUGERENCIAS

Aviso que la silla donde escribo por triplicado
y tomo mi refrigerio
ya me está tatuando la espalda las nalgas.

¿Por qué no mandan una circular
permitiendo a los oficinistas
desfilar con su escritorio al parque de enfrente?
Los literatos dicen que estamos muertos,
pero qué difícil resulta ocultar de los ojos de los muertos
en un triste acto de magia
la sonrisa de mi mujer, mis libros, mi hijo
anunciando por el tejido de lana Patito
que me ensueña largamente hasta las babas.

Aviso también que hoy el sol se ocultará temprano:
sólo los viernes permanece hasta la madrugada
como un beneficio de la semana inglesa.

(Entonces hablamos con una suficiencia que es para llorar
porque ningún conocimiento es ajeno a los oficinistas
en la cantina)

Pero lo quiero decir es rata
encorbatada rata
jefe rata
rata que se baña o canta bajo la ducha
haciendo inútil el excesivo perfume de las secretarias
porque el agua no ducha
la caca del corazón de la rata.
Pero condesciendo y condesciendo.

Condesciendo
y a veces soy el que deja anónimos en el buzón de sugerencias
grandes venganzas
que son para llorar
en el parque de enfrente.

CONSEJO PARA LAS MUCHACHAS

Conozco algunos sueños femeninos
Susana sufría el tormento de no permanecer como una estatua
en la memoria de los hombres.

Pasaba sus días soñando una canción que nos encadenara.

Es su homenaje
y probada la ineficacia de los antiguos recursos
escribo estos consejos con la intención más sana del oficio:
Aprenda francés y practique yoga
Aficiónese al bowling
a pintar al aire libre
al budismo
a coleccionar estampillas de países remotos
Únase a un grupo de canto o danzas folklóricas
Frecuente un cine club
Tome café levantando deliciosamente el dedo meñique
Únase al Cuerpo de Paz
Incluya en su vocabulario cotidiano
«tercer mundo»
Lea los «Cien Años de Soledad»
Camine como si estuviera en la avanzada de un grupo de vanguardia
Diga en voz alta que ama desesperadamente las mariposas

Si estos consejos le granjean la admiración
de varios amantes de mariposas
yo habré constatado
que fue un acierto conocer a Susana
desdichada, ya lo dije,
por carecer de una canción que nos ensimismara.

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José Watanabe Varas

(Trujillo 1945 – Lima 2007)
Poeta peruano de ascendencia japonesa natural de Laredo (Trujillo).
Publicó Álbum de familia (1971), El huso de la palabra (1989), Cosas del cuerpo (1999), Habitó entre nosotros (2002), etc.

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