5 poemas de ‘Cinema de los Sentidos Puros’ de Enrique Peña.

En 1931 se publica ‘Cinema de los Sentidos Puros’ bajo el sello de Ed. F.E. Hidalgo.

Aquí les traemos 5 poemas del poemario, el cual es considerado el primer poemario de la vanguardia peruana.

1.

Aun no he nacido. Lo que estáis viendo es magia. Aben-
Ad-Mar y las palomas que surgen de sus mangas de nubes
y oros.
Madre no va a creer. Y va a llorar. Va a llorar.
He estado cerca de sus ojos. Me he arraigado a su
angustia y a su risa. Pero es la verdad, amigos, que no he nacido.
Hasta ¡qué perfecta soledad, el mar es mar y la nave,
nave!
Pero yo os digo que es magia y vais a estar mirando
inútilmente a la nave y al mar.
Miento. Crece la lejanía. Crecen mis diez dedos. Y soy
una tarántula deforme que me asfixio y me gozo.
He dicho: Está perdido. Miento. He dicho: Está perdido.
Estoy mintiendo. He arrancado el secreto a la gacela
ciega a la lluvia albísima en el jardín lejano de las cítaras.
Oídlo: la música de lo perdido envuelve el mundo. Hace el
mundo. Hace la soledad crecer por mis cabellos.
No. Estoy mintiendo. Tremenda exactitud. Ciencia de
asombro y de tristeza, par a par, certeza a certeza, júbilo
a júbilo.

7.

Apenas canto vuelvo al más hondo olvido. A la zona
transparente de la naranja y el lirio, con celestes nenúfares
y con arpas de nieve.
No llorarás. No lloraré. Súbitamente, un ser sin nariz
que se traga su carne. Baba inmunda. Y la mala noticia.
Y el moscardón maldito. Vago al afán. Y al secreto por la
ciudad de sal y de infortunio.

10.

Tus ojos son las flores más tristes de esta hora. Y con
hilos de música te tejerán los pájaros una niebla rosada.
No. Ahora tú no existes. No podrás existir. Has volado
como un cielo a otro cielo, a otra brisa, a otro bosque.
Podrían crearte mi vista, mis sentidos todos, pero es
vano todo mi empeño de sueño o realidad porque tú ya no
vives ni en la niebla vaga, ni en dura tierra.
Amo este estar amándome a mí mismo. Hasta qué punto
el cielo es fácil y es certeza. Amo este crear un dolor nuevo
que es casi una alegría.
Yo insistiré en que no me creerás nunca. En que no me
van a creer nunca.

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Portada del poemario.

15.

La flor que nació en el aire. La flor que no nació. ¿Ves?
El cielo, a veces, baja hasta mis manos y otras veces es una
ola tempranísima en este mar de soledad.
¿Quién animó la ruta clara y sencilla? ¿Qué sueño iluminó
los primeros limoneros del alba?
Toda la noche estuvo mirándome el silencio sumiso
como un perro.
Esta es la casa con los soportales recios. Aquí se echan
a cantar las flores. Hasta aquí llega el mar con su manto
de espuma y sus lindos zapatos de madrépora.

19.

Mi madre ha encargado un bosque para mi alegría
gorila.
Mi madre no miente nunca.
Ahora os voy a mostrar el primer paisaje de los sueños.
La gruta rosada de la luna en donde se acarician las
palomas.
Velero rubio que lleva a la novia del alfiler al huerto
de las morsas.
Mi madre sonríe. Y yo estoy al redor de sus cabellos
como los halos de los íconos.

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Enrique Peña Barrenechea (1904 – 1988)
Poeta peruano. Perteneció a la Generación del 30 junto con Westphalen y César Moro. Ha publicado El aroma en la sombra (1924), Cinema de los sentidos puros (1931), Elegía a Bécquer y retorno a la sombra (1937) y Obra poética (1977).

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